Este método implica descubrir tres cualidades inherentes al hecho de ser humanos, tres cualidades básicas que siempre hemos tenido pero que tal vez se han quedado enterradas y hemos casi olvidado. Estas cualidades son: la inteligencia natural, la calidez natural y la apertura natural.
La autora afirma que en todos los seres humanos hay un potencial de bondad, eso supone reconocer que todas las personas, en todas partes, en todo el planeta, tienen estas cualidades y pueden recurrir a ellas para ayudarse a sí mismas y a los demás.