Sin embargo, las pasiones son efímeras. Cuando Enrique se enamora de Rosamunda y la convierte en su amante, Leonor, dolida, no le perdonará nunca. La mujer herida brindará a la todopoderosa reina las armas de su venganza. Sublevará el imperio contra él y, tras una lucha épica, será vencida.
Como telón de fondo a este gran drama político y sentimental aparece la Edad Media. Es el tiempo de las cruzadas y del cisma, de los trovadores y la leyenda artúrica; también la época de Tomás Becket, Felipe Augusto, Guillermo el Mariscal o Ricardo Corazón de León, que dan a esta historia la altura de un relato épico. Ocho siglos después de su muerte, Leonor de Aquitania sigue encarnando uno de los destinos de mujer más fascinantes de todos los tiempos.