Algunas murieron asesinadas, otras no dudaron en deshacerse de sus enemigos políticos con métodos que habrían ruborizado al mismísimo Maquiavelo y hubo también quienes se dedicaron a la piratería al perder sus territorios. Del Al Andalus a la lejana Indonesia y del norte del Mediterráneo a su orilla sureña, las vidas de estas quince mujeres poseen algo en común: se hicieron cargo del poder cuando nadie más tenía respuestas.