La provincia de Cádiz, a pesar de su escasa superficie en comparación con otras provincias españolas, 7.435,85 km2, constituye un paraíso para los amantes de la micología. Esto es debido a que en ella se conjugan una serie de factores que describimos brevemente a continuación:
- Un clima benigno con temperaturas suaves la mayor parte del año gracias a la influencia del océano Atlántico, lo que permite que mientras en otros lugares de la Península Ibérica las bajas temperaturas invernales impiden el desarrollo del micelio, en la provincia gaditana el relativamente cálido invierno permite que se puedan recolectar setas en los meses más fríos como diciembre o enero.
- Unas precipitaciones abundantes, coincidiendo con el otoño. No olvidemos que en el Macizo de Grazalema es donde más llueve del sur peninsular y casi se equipara a otros lugares de la cornisa cantábrica.
- Una enorme variedad de formaciones vegetales, fruto de su compleja orografía y geología, lo que permite que a lo largo de toda su geografía se puedan encontrar desde vegetación propia de dunas hasta pinsapares, pasando por alcornocales, encinares, quejigales, pinares, acebuchares y matorrales de diversa índole.
Es por ello que hoy en día y con los datos de que disponemos, podemos afirmar que cuenta con el mayor número de especies de hongos a nivel autonómico, además de estar entre las que albergan mayor biodiversidad fúngica a nivel estatal con un total de 1.030 taxones diferentes, lo que supone el 41% de las presentes en Andalucía.
La micología gaditana también destaca a nivel andaluz, ya que existen tres asociaciones micológicas: el Grupo Micológico Chantarela, la Sección Micológica Micorriza del Club Amigos del Zoo de Jerez y la Asociación Micológica y Botánica La Breña. Además, se celebran varias jornadas micológicas anualmente, entre las que sobresalen las que se hacen en la localidad de Jimena de la Frontera. De igual modo, ha sido pionera en la comercialización de las setas con la apertura en Jimena de la Frontera de la primera lonja micológica de Andalucía.
En cuanto a la estructura del libro, éste comienza con una serie de capítulos en los que se introduce al lector en el mundo de los hongos, además de indicarle una serie de consejos de cara a la recolección, consumo y conservación de las setas y darle algunas nociones sobre las intoxicaciones provocadas por los hongos.
En los siguientes epígrafes se describen 100 de las especies que podemos encontrar en la provincia de Cádiz. En su elección se ha prestado especial atención a su interés gastronómico o a su toxicidad, separadas por especies comestibles y tóxicas, a las que se suman otras que hemos considerado oportuno incluirlas, bien por su belleza o por su forma. Así, de cada taxón se indica los sinónimos que puedan existir y su nombre común; a continuación se describen las características morfológicas referentes a su sombrero, láminas, pie, volva, carne y su esporada. Por último, su hábitat, época de recolección, abundancia, comestibilidad, especies con las que se pueden confundir y algunas observaciones o curiosidades. Completa la ficha una fotografía de cada taxón que nos ayudará, junto a la descripción, a determinar correctamente la especie, y un mapa de la provincia en el que se indica su presencia por cuadrículas de 10 x 10 kilómetros.
Completan la obra varios capítulos sobre la normativa referente a la recolección y comercialización de setas, y las asociaciones y jornadas micológicas de la provincia de Cádiz. Finaliza la publicación con un glosario donde se recogen las palabras técnicas empleadas, los números de teléfono de interés y una aproximación al catálogo micológico gaditano.
Es de destacar que se incluyen 58 especies comestibles, muchas de ellas abundantes en la provincia, pero que, sin embargo, apenas se recolectan en ella o son desconocidas por el aficionado. Pretendemos con ello diversificar las especies de interés gastronómico con el objeto de disminuir la presión recolectora sobre algunos taxones que son sobreexplotados en la actualidad, como es el caso de la seta de cardo, la yema de huevo o la chantarela. No olvidemos que, al igual que otros seres vivos como plantas y animales, ciertas especies de hongos se encuentran amenazadas y en ello influye el hombre, que literalmente las está esquilmando de nuestros campos. En este sentido, Andalucía será pionera con la publicación de la primera lista roja de hongos amenazados a nivel estatal.
Esperamos que esta obra sea de interés para los numerosos aficionados a la recolección de setas y amantes de la micología y les permita disfrutar de inolvidables jornadas en los montes gaditanos.
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