La batalla de las Navas de Tolosa ha pasado a la historia como un acontecimiento decisivo sobre todo porque marca el principio del fin de la presencia musulmana en la Península. Carlos Vara alianza con detalle tanto la composición de las fuerzas contendientes (navarros, castellanos, catalanoaragoneses, órdenes militares, etc.) como la organización de la cruzada y los antecedentes de la misma, pero allí donde se convierte en una auténtica revelación es en el modo de recrear la batalla, sirviéndose para ello, por un lado, de un perfecto conocimiento de la organización, las tácticas militares, las armas y el pensamiento militar de los dos bandos enfrentados, y por otro el espectacular trabajo de campo, analizando hasta el más mínimo detalle de la topografía del lugar en que se produjo realmente la batalla en 1212. Eso le permite descubrir, por ejemplo, que no sólo acerca de las rutas que siguieron los contendientes se han publicados muchas informaciones erróneas, sino que en numerosos casos incluso el paso de la Losa y del escenario de la batalla se ha situado erróneamente por desconocimiento del campo de batalla y de su contexto. En cuanto a las bajas, otra cuestión muy debatida, si bien no pueden precisarse, si analiza los cálculos hechos hasta ahora y los rebate con argumentos decisivos.