Corea del Sur, finales de la década de los 50.
Seungjia vive junto con su familia en Sorokto, una isla de reclusión de leprosos donde la esperanza no tiene cabida. A través de la inocente mirada de Seungjia, asistimos a la crudeza de una vida. Tras la pérdida de sus padres, los grandes apoyos para ella serán su maestra y Junho, un joven que lucha contra la enfermedad. Con él comparte charlas, sueños y un fuerte vínculo basado en el cariño. Pero un día Seungjia decide escapar de la isla para darle otra oportunidad a su vida. Al llegar al continente, inicia un fascinante periplo que la llevará primero a vivir con un mendigo, quien le enseñará a sobrevivir en la gran ciudad, y más tarde con la familia de un comerciante que, años después, cuando ella ya es una mujer, se convertirá en su amante.
Sin embargo, el periplo de Seungjia parece no tener fin. Un día, mientras pasea entre la muchedumbre, encuentra una cara que le resulta conocida. Es la de Junho, su viejo amigo, quien consiguió detener la enfermedad y vuelve a estar a su lado.