Un avión vuela desde París a Santiago de Chile, entre los pasajeros viene un joven apuesto y elegante. En el momento del desembarco, un perro llevado por un policía se acerca a husmear la maleta del viajero? Así arranca esta historia de idas y vueltas de un Lanza internacional. Cuando todavía es niño, el Flecha decide que no será un simple ladrón como otros miembros de su familia, ni como los lanzas de la población marginal de este Santiago que lo vio nacer. Él se propone ser el número uno. Para lograrlo dedica muchísimas horas a entrenar su mente, su cuerpo, sus dedos y sus excepcionales ojos con el fin de adquirir las destrezas para apoderarse de los billetes ajenos y manejar como malabarista la navaja mariposa que más de una vez le salvará la vida. Inicia su carrera como escapero, carterista y asaltante. Va a dar a la cárcel donde fortalece su carácter y se bate a duelo con un sable de acero ante los ojos de dos mil presos exaltados y trescientos gendarmes impasibles. Todo Chile sigue en la prensa sus hazañas. Cuando recupera la libertad con siete cicatrices que lo consagran como un ?choro? verdadero, está listo para ascender a la categoría de lanza internacional. Dejando atrás a su familia, vuela a Europa donde sortea la persecución de la policía francesa y de los agentes de los militares chilenos que le pisan los talones. En Francia, sus audaces peripecias se entrelazan con la conquista de sorprendentes y fogosas mujeres que le brindan calor y compañía. El Metro de París, los grandes bulevares, las tiendas más famosas, el Museo del Louvre y una fiesta alucinante, la más grande del país, son el terreno para sus aventuras. Buen hijo y buen marido, tras cada cosecha, el Flecha envía dinero a su madre y a la mujer que lo espera en Chile. El día de su regreso, el éxito o fracaso de su peregrinaje se jugará en el aeropuerto internacional de Santiago.