Dos hermanos uno adolescente, el otro apenas un niño caminan sobre los escombros de una ciudad que los bombardeos sistemáticos han convertido en ruinas durante la segunda confrontación mundial. Un fotógrafo de guerra que los ha visto pasar por la calle, atento a los símbolos, los ha encuadrado con su máquina para dejar en una placa de vidrio el retrato de la época que está viviendo. Esta aciaga imagen de un futuro sin presente podría ser, sin embargo, el final feliz, idílico casi, de una novela retrospectiva, contada desde hoy. Un hermano que huye del otro por Europa, escondiéndose durante el invierno en desérticas ciudades de vacaciones. Unas vidas divididas por un sistema político que abre una fisura, cada vez mayor, entre el exhaustivo control policial de la población y la libérrima impunidad de las élites corruptas. Un hermano que si encontrara al otro lo mataría. Dos realidades opuestas donde no siempre lo más amargo para la historia es lo peor para las personas.