Un maduro zapatero ha casado con una chica joven y atractiva. En realidad, a ninguno de los dos complace tal matrimonio. Mientras ella se afana en pregonar por el vecindario su larga lista de pretendientes, él, en la taberna, se lamenta por haberse casado. Llega el momento en que el zapatero debe tomar una decisión...
Un matrimonio de conveniencia y sin verdadero amor y la lucha de una mujer entre la realidad y el deseo son los cauces por los que transcurre la obra. El teatro ha de explicar con ejemplos vivos las normas eternas del corazón de los hombres. Y Federico García Lorca, entonces, se retira, y da paso a esa Zapatera que grita desde fuera del escenario: «¡Quiero salir!».