En el Madrid de 1560, doña María de la Cueva, condesa viuda de Ureña y camarera mayor de Isabel de Valois, dona uno de sus propios trajes de luto para vestir la imagen de la Soledad que labró Gaspar Becerra a instancias de la reina. Tal fue el impacto de esta nueva iconografía que pronto se extendió a las Dolorosas de toda la península y los territorios conquistados por España, pudiéndose encontrar aún hoy una larga muestra de estas imágenes de la Virgen vestida como una viuda castellana noble de la corte de Felipe II, no sólo dentro de nuestras fronteras, sino en diversas capitales europeas y americanas que pertenecieron a la corona española, aunque en la actualidad prácticamente se ha olvidado el origen y significado de tales vestidos. A lo largo de esta obra, primera y única que desarrolla ampliamente el tema, iremos conociendo cada una de las prendas que componían el ajuar de las viudas nobles o dueñas, exponiendo su origen histórico; su corte y confección basándonos en los patrones originales del siglo XVI con recreaciones a escala; su evolución al dejar de utilizarse por la nobleza y quedar asociadas al vestuario de las imágenes religiosas; y poniendo como ejemplo muchas de las tallas que en la actualidad mantienen esta indumentaria en cada una de nuestras provincias. Todo ello se acompaña de abundante material gráfico, citas de autores clásicos y variedad de curiosidades y tradiciones que enriquecen y amenizan este estudio, enfocado tanto desde el punto de vista iconográfico y de indumentaria como desde una visión artística, antropológica, simbólica, cultural e histórica, con el propósito de rescatar del olvido los fundamentos de esta tradición centenaria.