Atelepze es un pueblo de topografía sorprendente y en continua convulsión, al borde del contaminado río Etrehum y de El Caldo, un gigantesco túnel que excavó en la tierra un aerolito y donde habita la clase baja. El pueblo está plagado de charcos en los que hozan los cerdos de la sonrisa y pululan unos personajes dotados de personalidades y biografías extraordinarias.
Desde el inicio el narrador se confiesa desesperado por la pérdida de su mujer, quien lo ha dejado. Por esto se propone escribir una historia imaginaria.
Dos historias paralelas confluyen en la novela: la imaginada como terapia y el desamor del narrador en forma de cartas a su amada. Una historia real y otra ficticia.
El relato inventado muestra la historia de Atelepze, en el que se extravía una anciana bandoneonista, que canta durante todas las tardes el tango La vida me engañó .