Todos estos personajes, y algunos más, se adentran en el laberinto de los servicios secretos españoles. Un laberinto desquiciado cuyo hilo de Ariadna lleva muchos años cercenado, y en el que ni siquiera el Minotauro comprende las reglas. Ésta es su versión, tan delirante, divertida y escalofriante como los acontecimientos que relata.