La palabra fracaso no aparecía en el diccionario de Kevin Novak, miembro del Club de Ganaderos de Texas. Nadie abandonaba al gran magnate texano? ¡y menos su esposa! Por eso, cuando Cara decidió irse, cansada de que él siempre antepusiera el trabajo a su relación, Kevin tramó su venganza. Cuatro años después, ella regresó con la intención de poner fin a su matrimonio. Pero Cara no tenía ni idea de que Kevin había ideado un plan para hacerle pagar por haberlo dejado. Sólo firmaría el divorcio si ella aceptaba pasar con él una semana. ¡Una semana en la que todo valía y cualquier cosa era posible!