La Triple Frontera del Paraná, espacio transfronterizo constituido en torno al punto en que confluyen los límites políticos de Paraguay, Brasil y Argentina, se ha transformado en un importante polo de atracción de actividades ilícitas y por ende en una seria amenaza a la seguridad regional y hemisférica. Los altos niveles de corrupción y la extrema porosidad fronteriza, así como algunos otros elementos que caracterizan a la zona, facilitan la acción de contrabandistas, narcotraficantes, traficantes de armas, blanqueadores de dinero, etc., quienes motivados por el favorable «clima de negocios» ?marcado por la debilidad y complicidad del Estado? y las altas ganancias han hecho de este espacio un centro de operaciones y punto neurálgico de las actividades ilícitas en Sudamérica. Lo anterior convierte a La Triple Frontera en un interesante problema de estudio, del que vale la pena hacerse cargo. Más si se considera que lo que allí acontece repercute en otras partes del continente, por ejemplo en ciudades cuyos mercados son inundados por cigarrillos contrabandeados, armas, drogas, medicinas y otros productos falsificados, fabricados y/o distribuidos en/desde la Triple Frontera o zonas aledañas. A la luz de lo señalado, tiene sentido y valor buscar respuestas más detalladas a preguntas tales como ¿por qué en este espacio específico se concentran tan diversas actividades ilícitas? ¿Cuáles son las peculiaridades de esta zona que permiten y favorecen la confluencia de actores locales y transnacionales dedicados a tales actividades? y explorar los vínculos existentes entre corrupción, condiciones institucionales e ilegalidad, relaciones que aparecen como fundamentales al tratar de comprender el problema.