En los últimos años se ha producido, por parte de algunos importantes intelectuales de países capitalistas avanzados, el cuestionamiento, y la negación, de la centralidad individual y social del trabajo al hilo del supuesto fin del trabajo. Este ensayo cuestiona, a su vez, esa negación y argumenta la persistencia de la centralidad del trabajo, incluso con una mayor intensidad que en cualquier época histórica anterior. Debido a ello, siguen considerándose vitales para cualquier proyecto progresista de transformación social las luchas que se puedan producir en el trabajo y en torno a él. Ahora bien, el carácter central de la actividad laboral está modificándose con los cambios que se han producido en la sociedad salarial en las últimas décadas de globalización neoliberal.