El escritor costarricense José María Zonta, en el prólogo, arma que "aquí hay dos libros de Francisco de Asís Fernández, el que usted tiene en sus manos, y el que dejó de escribir para escribir La traición de los sueños. Ambos pesan, miden y huelen igual, y ambos están aquí, uno en la supercie de papel, otro sumergido. Ese es el secreto de los grandes libros: tienen otro debajo que los sostiene y los completa, que les sopla cuando no saben la respuesta y que les cubren la herida. El otro, el no escrito, es la sombra de este. Por eso en La traición de los sueños la palabra muerte puede signicar vida, la palabra edad puede signicar agua y la palabra mujer puede signicar sed. Es un libro con doble personalidad, algo muy difícil de lograr. Tan difícil que si uno se lo propone no lo consigue, sale como la consecuencia natural de ser un buen poeta, un poeta de verdad, un poeta que corre el riesgo de fajarse con la Poesía en un ring, y a veces se tambalea, a veces sangra y otras cae, pero siempre se levanta antes de la cuenta de nueve y sigue peleando."