El estudio ha tomado un problema de traducción aparente muy reglado, como el de los de los nombres propios, y ha estudiado con un enfoque cultural su plasmación en más de 10.000 nombres traducidos desde 1925 hasta finales del siglo XX. Los resultados arrojan pocas dudas: lejos de automatismo apriorísticos, la traducción es una actividad compleja caracterizada por un juego de fuerzas macro y microtextuales -los condicionantes de traducción- donde la idea de "identidad" con el original no es más que un punto de partida en continuo proceso de negociación. El análisis de dichas restricciones a través de su reflejo en los nombres propios permite finalmente plantear un modelo de traducción de los mismos tal como se lleva a cabo en realidad.