Estaba dispuesta a ayudarlo por la pequeña... y quizás también porque seguía amándolo.
Emily creía que no volvería a ver a Harry nunca más, pero apareció de pronto en su puerta con un bebé en brazos. El hombre fuerte y seguro que había conocido en otro tiempo parecía perdido y, nada más enterarse de por qué había ido a verla con el bebé, Emily se derritió. Harry le había roto el corazón una vez y ahora, convertida en madre soltera, Emily no podía dejar que volviera a entrar en su vida. Pero tampoco podía negar lo que sentía por él y por su pequeña familia...