Pero un día llega a su edificio la joven y enigmática Emma, casada con un individuo siniestro con el que no parece tener nada en común. Cesare no tarda en darse cuenta de que en esa pareja hay algo que no funciona, y sin duda no se implicaría si no fuera por la silenciosa llamada de socorro que lanzan los tristes ojos de Emma.