En palabras de Eduardo Mendoza: «Leídas hoy estas crónicas son sensacionales. En ellas muchas cosas están todavía cerca, aunque no se las mencione: la guerra, el exilio, el hambre, la represión; pero también el surrealismo, el casticismo y una forma de usar el lenguaje más expresiva y vivaz, (...) leyendo estas crónicas y estas entrevistas se adquiere una visión clara de una sociedad que había llegado a un equilibrio tácito entre la libertad y la censura, siempre al borde del abismo.
Aquí el lector se encontrará con la faceta periodística de este individuo polifacético y singular. Quienes recuerden la época en que, por así decir, transcurre la acción, no recordarán, sino que revivirán aquellos tiempos y los verán con otros ojos. Los que tuvieron la suerte de ahorrárselos, podrán aprender muchas cosas. (...) Aquí, el resultado es sabio, porque no se trata de una recopilación académica, sino de ofrecer el retrato vivo de un tiempo y su gente, vistos por el periodista genial que era Martín Girard.»