¿Qué sucedió aquella lluviosa noche de mayo? ¿Es posible, como cuenta la protagonista, que ninguno de los soldados de guardia viera lo ocurrido? ¿Es posible, como se pregunta Dolores Quiñoá, que el silencio de la obediencia ciega se impusiera incluso en una situación tan humillante? ¿Cómo reaccionaron sus compañeros -todos hombres- cuando supieron lo que había pasado?
Un tortuoso camino que ha conducido a esta mujer a los tribunales militares y civiles. Hoy, a pesar de que su causa ha sido archivada y recurrida, sus sentimientos de desesperación e impotencia continúan vivos. Por ello ha decidido «romper el silencio del terror en el que he vivido y luchar para que la Justicia tenga el lugar que le corresponde en el Ejército.»
Este libro, en el que se incluye una conmovedora carta a S.M. la Reina de España, constituye otra de las formas de sacar a la luz la verdad de lo ocurrido.