Antes de convertirse en la gran novelista que fue, Iris Murdoch se dedicó intensamente a la filosofía, enfrentándose con valentía a los círculos analíticos y existencialistas de la época y buscando un camino de salida en el páramo de la posguerra europea. Especialista en Platón, relacionada con la escuela de Wittgenstein, pero siempre radicalmente independiente, Murdoch reunió en La soberanía del bien (1970) tres conferencias que resumen lo que había sido su investigación filosófica desde la década de 1950.
La crítica ha dicho: «Uno de los escasos libros modernos de filosofía que personas ajenas a la filosofía académica pueden encontrar realmente útil.» Mary Midgely «Excelente. Golpea en la raíz misma de nuestra autocomprensión contemporánea. Niega cosas que tendemos a entender como evidentes. Por esa sola razón ya vale la pena leer este breve libro.» The Guardian