No se trata de apretarse el cinturón, sino de una forma de hacer totalmente distinta, orientada hacia un nuevo arte de vivir que privilegia el ser al estar, el ser al parecer y la frugalidad al despilfarro. Al liberarnos de las sirenas del consumo excesivo, todos podemos acceder de manera natural a una mayor libertad, a una mayor felicidad y armonía y a una real conciencia ecológica en la vida diaria.