Gabriel es un economista devenido en conserje al borde de la treintena. Alejado de su familia, sin amigos, sin ambiciones y sin ilusiones empieza a plantearse si no sería moralmente lícito el asesinato, ¿acaso no lo merecemos?Convertido en un cadáver nada más empezar a vivir, se despereza sorprendido por la lucidez y viveza de Cristina, una mujer adulta con poco más de veinte años. ¿Abandonará ahora Gabriel la guerra que ha declarado a la humanidad o su vida seguirá su oscuro curso? Gabriel, un economista devenido en transitorio conserje, distinguido por su visiónpesimista de la vida y una selectiva indolencia, observa como un entomólogo lasexistencias -y alguna muerte sospechosa- de sus variados vecinos mientras reflexionasobre el mundo que le ha tocado vivir y las posibilidades de la extensa vidaque tiene por delante.