Es cierto que La séptima noche se estructura y avanza siguiendo el clásico argumento de un hombre y una mujer que se entregan a una aventura sexual y amorosa donde, progresiva y exaltadamente, noche a noche, las «reglas del juego» van haciéndose más permisivas. Pero ésa no es toda la verdad. Porque, en el erotismo, a veces las cosas no son lo que parecen. Todo depende de cómo lo vivan los protagonistas y, en particular, de cómo quieran vivirlo.