A principios del siglo XIX, el Estado borbónico, impuesto desde la Nueva Planta, hace aguas por todas partes. En materia de orden público, las instituciones judiciales y militares han perdido el control sobre el uso de toda clase de armas, permitidas y prohibidas. Ante esta quiebra del poder, el bandolerismo se arraiga en el ámbito rural y, especialmente, en el área comprendida entre el Mondúver y el Montgó.