«El veneno forma parte de la familia: lo empleaban por cualquier motivo, y sobre todo sin motivo. Los edictos represores están familiarizados con ese modo de asesinato, hasta el punto de que el envenenamiento sólo se castiga si afecta a un grupo o a una colectividad. Por así decir, el veneno está admitido, y puede decirse que casi ha recibido consagración oficial.»
«Lucrecia se convertía en la gran favorita de Roma. En Roma se admitía como cierto que Lucrecia era honrada por su padre Alejandro VI con los favores más íntimos.»
Apollinaire