Nos hallamos inmersos en una revolución en la que los cambios tecnológicos se suceden a un ritmo vertiginoso, en la vida diaria y en campos como la inteligencia artificial o la genética que incluso permitirán alargar la vida. Sin embargo, en una sociedad en la que hemos perdido la privacidad y todos somos cada vez más anónimos, ¿cómo afectarán estos avances tan deslumbrantes a nuestras emociones? ¿De qué nos sirve incrementar la longevidad, por ejemplo, si el resultado es una vida sin sentimientos?
No hay más que mirar a nuestro alrededor para constatar que las emociones se han obviado en las empresas y en las relaciones personales. Por ello es urgente emprender una nueva revolución sin la cual las anteriores no habrían tenido sentido: Una «revolución emocional» al alcance de todos, personas y empresas, y que permitirá respetar, compartir y considerar los sentimientos propios y ajenos. Porque la realidad nos muestra que solo nos emociona lo que es auténtico, que solo recordamos lo que nos emociona, que solo aprendemos de aquello que nos emociona y que la vida solo vale la pena ser vivida con pasión. Además, la práctica demuestra que lo que no se hace con sentimiento se muere por el camino.
Y basta con imaginar qué pasaría si tuviéramos en cuenta qué es lo que sienten y cómo se sienten quienes nos rodean. Evidentemente, sería un mundo mucho mejor.
Reseñas:
«Como afirma Inma Puig en La revolución emocional, cuando hablamos de transformación, deberíamos concentrarnos menos en la tecnología y la reingeniería de procesos y más en programas para desarrollar las competencias emocionales, sociales y relacionales. Ya es hora de devolver la humanidad al mundo de los negocios.»
Sarah Harmon, Directora de LinkedIn España y Portugal
«A veces no nos damos cuenta de lo que estamos haciendo. Lo hacemos casi por inercia, porque debemos hacerlo. Inma me ha ayudado a comprender muchas cosas y a mejorar en otras y, por encima de todo, me ha enseñado a elegir.»
Andrés Iniesta, jugador del F.C. Barcelona y del Vissel Kobe
«El libro de Inma Puig es imprescindible para comprender que la vanguardia no va de tecnología, ni de producto, sino de personas y de revolución sensible. En la restauración, y quizás en el mundo de la empresa, vanguardia e innovación es cuidar a las personas.»
Joan, Josep y Jordi Roca, El Celler de Can Roca