Para salvar la raza nórdico-germánica había que operar una «revolución cultural», volver a encontrar el modo de ser de los antepasados y hacer que de nuevo coincidieran cultura y naturaleza. Recreando así el derecho y la moral fue cómo el hombre germánico creyó poder actuar de conformidad con lo que exigía su supervivencia. Gracias a la reescritura del derecho y de la moral, golpear y matar se convertían en legal y moral.
A través de aspectos como la lectura del estoicismo y de Platón durante el III Reich, el uso de Kant y de su imperativo categórico o la recepción del derecho romano en Alemania, Johann Chapoutot pone de manifiesto cómo se operó la reescritura de la historia de Occidente y por qué canales llegaron tales ideas a los actores de los crímenes nazis.