Es la primera novela de Hernán Rivera Letelier. Presentada al Primer Concurso Nacional del Libro de Chile, ganó indiscutidamente el premio, por su prosa rítmica, incesante, irreverente que recuerda la magia y fluidez de escritores avezados. Escribe historias de hombres y mujeres de las soledades del desierto de Atacama y de los puertos del norte que deslindan con la locura y la realidad. Porque en esos parajes existen personajes como los que incluye el autor, aunque eso parezca increíble. Una gran obra que mantiene su vigencia y que vale la pena leer y releer para encontrar en sus líneas imágenes que en algún momento se nos pasaron o que surgen de una magia latente que renueva la obra.