No era un caballero al que le gustaran los problemas, ni que se preocupara demasiado por alguna de sus compañías. Así describe Henry James al señor de Bly, el despreocupado y mayormente ausente personaje que en la inmortal novela Otra vuelta de tuerca desencadena sin proponérselo el drama en el que se verán involucrados dos inocentes, Flora y Miles, los sobrinos de los que se hizo cargo. En La protectora se retoma la historia donde James la dejó y nos encontramos a la pequeña Flora viviendo en la capital con su tío y asistimos al descubrimiento por parte de éste de las terribles circunstancias que han rodeado a la niña durante su vida en Bly y que han podido afectarla de una forma irreversible, provocando en su tutor la inquietud por la posible destrucción de su hasta entonces cómoda existencia.