Finalmente, la humanidad ganó la batalla a los muertos vivientes y logró sobrevivir, aunque a un precio muy alto. Nos encontramos con una sociedad que ha aprendido a vivir con los brotes de zombis, donde no ha vuelto a haber elecciones gubernamentales y donde se impone la ultraderecha y el conservadurismo. El ejército ha sido entrenado para sofocar los brotes que aparecen esporádicamente y la humanidad convive tranquilamente olvidando aquella guerra que casi supuso su extinción un error que se pagará caro.