En el Cádiz de 1946, Martín sueña despierto viajando entre las páginas del cuaderno en blanco que le acompaña en sus escapadas del internado en el que estudia y vive desde la muerte de su madre. En una de sus escapadas, conoce a Carmen, y juntos, deberán adentrarse en la aventura de desentrañar un siniestro enigma que amenaza con poner patas arriba su existencia y la de la ciudad. Un laberinto de emociones en una ciudad embrujada, donde tendrán que luchar por su destino y desvelar un pasado que les persigue entre las sombras más profundas del poder. Rara vez se equivocaba. A menudo contaba Carmen, que el destino siempre suele ser más inteligente que nosotros; y que en el fondo, muy en el fondo, sabemos lo que nos tiene reservado a cada uno de nosotros. Nunca olvidaré la antigua Corredera de las águilas, sus ojos tras una vela, y su alma en aquella procesión.