Todas las Tradiciones espirituales han considerado la pobreza espiritual como la disposición básica que hace posible el encuentro con el Uno. El sufí se llama a si mismo faqir, el pobre, el que carece de todo, hasta de su propio 'yo' y darwish, el mendigo, el que pide limosna de puerta en puerta, para ser colmado de la riqueza de Dios.
El Dr. Nurbakhsh, Maestro de la Orden Nematollahi, sintetiza en este libro lo más bello de la tradición sufí sobre las actitudes que llevan a la pobreza espiritual y sus consecuencias, analizando los distintos estados místicos (hal) y moradas espirituales (maquam) que el viajero va recorriendo a lo largo de la senda.