El miedo social es el mejor aliado de las políticas imperiales, al tiempo que la causa fundamental del fracaso de estas. El miedo al Islam -que cristalizó un 11 de septiembre de 2001 pero que es muy anterior- ¬¬¬¬ es fruto de la ignorancia y también de políticas de desinformación que han colocado a Occidente y sobre todo a Estados Unidos, la gran potencia imperial de Oriente Próximo, en un callejón sin salida tan sanguinario, como torpe e ineficaz.
Esta obra es la denuncia más brillante y erudita, pero con una erudición accesible y grata de recorrer, de las falacias occidentales respecto al mundo árabe y musulmán, así como de las erradas políticas que han inspirado. Sus capítulos, dedicados a distintos aspectos «calientes» del mundo oriental (el petróleo, el radicalismo islámico, armado o no, Arabia Saudí, Irán, Irak, Pakistán, Afganistán, Líbano y la omnipresente Palestina), desmontan los argumentos de la amenaza absoluta del islam radical poniéndolo en sus justos límites, así como los de su papel real en las estrategias de resistencia antioccidental; también denuncian las simplificaciones sobre las opciones políticas de los países que analiza, y muestran la existencia de salidas más ecuánimes, justas y respetuosas con la libertad y la seguridad de los pueblos.
Una obra, pues, valiosa y estimulante, presidida por un espíritu con el que es imposible no coincidir: «Nuestra misión fundamental en los próximos decenios es tomar conciencia de hasta qué punto estamos interrelacionados... por encima de nuestras divisiones culturales y geográficas, para nuestra prosperidad futura e incluso para nuestra supervivencia».