Estamos en Venecia y corren los años en que Napoleón arrasa Europa con sus ejércitos. Henri, un joven cocinero al servicio del general, se enamora perdidamente de Villanelle, una hermosísima criatura de pelo rojizo y pies deformes que conoce como nadie los secretos de las góndolas y de las salas de juego donde los nobles del lugar apuestan su fortuna entre sonrisas y frases galantes...
Esa, que podría ser la trama de una novela histórica al uso, en manos de la escritora se convierte en un material precioso, capaz de transformar Venecia en una ciudad nueva, hecha de palabras y de luz. En ese lugar, donde la emoción es tan viva como el agua, los jóvenes enamorados aprenden a desgranar su pasión por vías insólitas y arriesgadas que ponen en tela de juicio lo que creíamos saber del sexo y del amor.
«La pasión no habla de la Historia con mayúsculas; tampoco es una novela
romántica... Lo que quise fue hablar de un mundo peculiar que sirviera de
espejo secreto para perfilar y multiplicar las posibilidades de nuestro
propio mundo. Basta con mirarse en este espejo, y ahí estamos, ubicados
en otro tiempo y otro lugar, y con otra vida entre manos.»
Jeanette Winterson