Este relato, como lo vida, está poblado en ocasiones de seres extraordinarios escondidos tras una máscara de cotidianidad. La máscara la aportan los lugares, actividades, vivencias y tipos comunes a cualquier lugar de España -la concreción tópico del relato es completamente accidental- en los añas cincuenta del siglo XX y los primeros del XXI.
La excelencia viene dada por la actitud y motivaciones de personajes que destilan, a veces, maravillosa profesionalidad, laboriosidad callada y siempre cariño, solidaridad y amor. A pesar de todo ello, la soledad, que a todos "nos acoso, nos persigue", hace presa en los protagonistas que corren el riesgo de que su "memoria se vaya hundiendo para siempre en la niebla gris del olvido".
En el trasfondo de todo, obra en esta novela un canto entusiasta y sincero a la amistad.