Pero, como veremos, lo curioso y triste es comprobar cómo, al final de esta dilatada, aventurosa y compleja historia de la evolución de la música en el abrazo de Eros, al parecer, se ha desaprendido todas las sutiles enseñanzas del pasado, aun del más reciente : el erotismo ha dejado lugar al sexo, y la música, su inseparable compañera, a la percusión. . .
Con este libro, Manuel Valls, al instruirnos de lo que constituye, en este aspecto, nuestra cultura musical, nos advierte, de paso, del peligro que corremos de atrofiar definitivamente el estimulante más seguro, eficaz y placentero de nuestros sentidos : el erotismo.