Tras el fallecimiento de su suegra, aunque mejora su situación, surgen nuevos problemas, esta vez con su propio hijo que quiere emanciparse. Brillante y altivo, ha estudiado y emplea palabras que ella no entiende. Tampoco su forma de vida ya que no acepta sus consejos y menos que le busque una novia siguiendo la tradición. Poco a poco, " La muñeca " va descubriendo con tristeza que su mundo está desapareciendo, y lo peor de todo, teme que su hijo la ignore.
Ismaíl Kadaré vuelve en " La muñeca " una vez más a su natal Gjirokaster, una villa medieval de casas fortificadas y callejuelas serpenteantes del sur de Albania, para narrarnos su particular relación con su madre. Un relato valiente y evocador, con una notable carga de ironía para describir a aquel joven que fue, un tanto soberbio, en un mundo cambiante que en pocos años había pasado de la más asfixiante tradición al olvido de aquellos viejos valores que habían marcado su infancia y la vida de su madre, " La muñeca " .