Desde el esquema de la sucesión de paradigmas ya expuesto en El cristianismo, Hans Küng indaga cómo se ha llegado a la situación actual. Paralelamente a este análisis, propone reformas concretas encaminadas a revisar patrones de comportamiento impuestos por la tradición y dirigidas a promover el estudio de la teología por parte de las mujeres, a la reforma del lenguaje de la liturgia o a la promoción de las órdenes religiosas femeninas y el sacerdocio de las mujeres.