Bataille, Lacan, Baudrillard, Foucault, Deleuze, Lyotard, Agamben, todos ellos y muchos otros reconocieron en La moneda viva la explicitación de lo que constituye nuestra fatalidad de hombre a lo largo de la historia, y que Foucault resume en tres palabras: deseo, valor y simulacro. Porque . no hay más que una comunicación universal auténtica: el intercambio de los cuerpos por el lenguaje secreto de los signos corporales. Y Maurice Blanchot, de nuevo a propósito de Sade: Exceso, energía, disolución, estas son las palabras claves de nuestra época.
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