En los años cincuenta, tras pasar parte de su vida como modista de alta costura a lo largo y ancho de Europa, Tilly regresa a Dungatar, la pequeña localidad australiana donde pasó su infancia. Llega convertida en una hermosa y glamurosa muchacha que contrasta con la grisura de los vecinos del pueblo: basta verla caminar con su maleta a cuestas para darse cuenta de que la vida puede ser menos aburrida si los pliegues de una falda están bien colocados.
Tilly ha vuelto para cuidar de su madre, con la intención de volverse a marchar cuanto antes, pero su regreso despierta cierto alboroto entre los habitantes del lugar. La gente murmura a su alrededor, recordando un hecho trágico ligado a su infancia. La muchacha no claudica: con la ayuda de su máquina de coser y mucha imaginación conseguirá que el pueblo entero respire un aire nuevo y por las calles desfilen vestidos nunca vistos. Lo que nadie sospecha es que con tanta tela y unas buenas agujas, Tilly va a coser su propia venganza...