La persistencia de comunidades musulmanas en los reinos cristianos de la península Ibérica durante la Edad Media presenta una gran riqueza de matices en cuanto a convivencia, resistencia a la cultura dominante y asimilación. Aunque los mudéjares estaban sometidos a los cristianos, pudieron conservar ciertas prerrogativas y una estructura social propia, así como la continuidad de su vida religiosa. Dependiendo del reino peninsular en que residieran, los musulmanes eran conocidos con una de las tres denominaciones que figuran en el título de este libro: moros, sarracenos y mudéjares.
Introducción
I. Al-Andalus conquistado: el origen del mudejarismo
1. El avance cristiano durante el siglo XI
2. El avance durante el siglo XII
3. El gran aporte mudéjar del siglo XIII
4. Evolución de la comunidad mudéjar en los siglos XIV-XV
II. ¿Campo o ciudad? geografía del islam tras la conquista
III. La organización de la comunidad: la aljama
IV. Un microcosmos en medio de la sociedad cristiana
V. La morería urbana y la alquería rural
1. Las mezquitas
2. La madraza
3. Los baños
4. Tiendas, almacenes y otros edificios de uso comercial (carnicería, etc.)
5. Los talleres (tintorerías, herrerías, etc.)
6. Los hornos
7. El cementerio
8. Las viviendas
VI. El trabajo y sus limitaciones
VII. La religión y el vestido, ¿costumbre o diferencia?
VIII. De mudéjares a moriscos: la conversión