La mediación, considerada en nuestra Ley autonómica como un Servicio Social, forma parte de algo mucho más amplio, uno de nuestros más bellos tesoros, lo que se ha denominado la cultura de la paz. No hay justicia sin paz, ni puede haber paz sin justicia. Paz y justicia, derechos complementarios, inalienables e irrenunciables. Como escribió el genial SAINT-EXUPÉRY, Si queremos un mundo de paz y de justicia hay que poner decididamente la inteligencia al servicio del amor (El principito). Nada más que añadir, el reto está lanzado, a todos nosotros, a nuestra inteligencia, a nuestra capacidad de crear un mundo mejor.