Décadas más tarde, en medio de la burbuja inmobiliaria, el alcalde de Morella planea la venta de la antigua escuela para convertirla en un casino, en pisos o en un centro satélite de un colegio elitista. Con lo que no contará es con la oposición y el tesón de la octogenaria maestra republicana, que hará todo lo posible por evitar que su escuela se convierta en moneda de cambio entre políticos corruptos.
La crítica ha dicho...
«Con gran habilidad Elena Moya juega con los sueños e ideales de unos personajes en apariencia antagónicos [...] Y sin embargo, como siempre ocurre en los buenos libros, hay otra historia detrás de la misma historia.»
La Vanguardia