Con estas palabras Sebastián Grinschpun nos introduce en un mundo apasionante, donde grandes infraestructuras científicas como el sincrotrón Alba, empleando ondas electromagnéticas situadas más allá del espectro visible, nos revelan la estructura profunda de la materia y nos ofrecen todo un universo de aplicaciones prácticas sorprendentes que hasta hace poco ni siquiera habríamos sido capaces de sospechar.