Reivindicar la mentira: su importancia social y biológica...
Aprender a leer los jeroglíficos del cuerpo femenino...
Admitir que todos los infinitos humanos están truncos...
Tener un doble tan parecido a uno que sea posible vacacionar una semana en su vida...
Descubrir que la desmemoria se ha tragado los años y que salvo unos pocos recuerdos lo demás se ha perdido...
Toparse con un laberinto que no es más que un túnel recto pero tan largo que no hay modo de alcanzar la salida...
Comprender que por más estruendoso que sean los gritos no logran oírse porque forman parte de un coro...
Determinar la edad de cada persona por el número de sus muertos significativos...
Entender la razón metafísica que explica por qué rueda la rueda...
Encararse al espejo sin decirle: ¡Mientes!...
Asomarse por la ventana y darse cuenta de que es uno quien huye calle abajo...
Agenciarse unas coartadas útiles, buenas en cualquier ocasión...
Estos y otros asuntos reales o imaginarios en una narrativa elegante, compacta, divertida y profunda. Óscar de la Borbolla pasea libremente en estos relatos, por los temas esenciales de nuestra vida cotidiana como la duda, la mentira o el deseo. Su lectura es ejercicio de gozosa reflexión.