Argumento de La Libertad como Destino. el Sujeto Moderno en Max Weber
Este trabajo es, en parte, el eco del reproche que lanza Mefistófeles a la divinidad en el Fausto de Goethe por haber concedido al «raquítico dios de la tierra» (...) «ese resplandor de la luz celestial, al que da el nombre de Razón y que no utiliza sino para ser más bestial que toda bestia». Consta así en él la quiebra de los sueños del sujeto moderno en el momento mismo de su génesis, cuando embriagado por su glorificación como única instancia constituyente del sentido del ser y del hacer, creyó ser capaz de explicar toda la realidad y de crear, con sólo hacer un buen uso de su Razón, el mejor modo de vida posible. Un grato sueño que la propia historia de la Razón desvanece. Y es que cuanto más avanza tras el sentido unitario del acontecer, tanto más se le oculta a sus mecanismos cognoscitivos, tanto más consciente va siendo de que ni el logos del ser, ni la Providencia, ni la «luz» natural de una Razón deificada, ni la Historia de la Humanidad son capaces de determinarlo, de que al fin es el individuo, atendiendo a su sola «voz interior», el único que puede y debe afrontar la libertad sobrevenida de tener que fundamentar las razones últimas de una existencia valiosa.0