De hecho, la devoción patriótica que siguió a los atentados se plasmó, entre otras cosas, en la venta de 250.000 banderas en unos conocidos grandes almacenes a lo largo de un solo día. Pero esta súbita reivindicación de la enseña nacional era sólo la evidencia física de algo mucho más importante: el renacimiento del orgullo en gran parte del pueblo de Estados Unidos, un sentimiento que había permanecido en estado de letargo desde hacía mucho tiempo. Para algunos todo se redujo a los McDonalds, a Walt Disney y al béisbol. Para otros, la reivindicación de esos valores debía remontarse a los primeros británicos que se establecieron en aquellas tierras, a la que legaron su cultura y su lengua. Para los afroamericanos y los latinos, sin embargo, no se trató de nada de todo esto.
Estados Unidos ha debido lidiar desde sus primeros días con los problemas de asimilación que supone la existencia en su territorio de culturas distintas. No obstante, hoy debe enfrentarse a una situación aún más peliaguda: la facilidad con que los inmigrantes pueden mantener los vínculos afectivos con su cultura de origen llamadas a larga distancia, emisoras de televisión en su propio idioma, billetes de avión a muy bajo precio--, con el distanciamiento que ello supone respecto a los nuevos valores de su país de adopción.
¿Quiénes somos? es uno de los libros más importantes de los últimos tiempos, una investigación a la vez histórica y cultural que, como los trabajos previos de su autor, provocará sin duda un encendido debate político e intelectual.