Con estilo directo e incisivo, el autor recurre a la tradición clásica y a los grandes acontecimientos modernos para hacer partícipe al lector de una experiencia que le ha enseñado que cuando se está «ante la ley» se está también «dentro» de algo muy diferente que condiciona la propia ley. Gracias a ello es posible replantear algunas cuestiones teóricas de naturaleza hermenéutica y otras tan vivas como el equilibrio entre el control de constitucionalidad y la autonomía de la política, o la formulación de un constitucionalismo universal.